sábado, 17 de octubre de 2009

Nos ponemos otoñales




Como se apreciará en las fotografías nos hemos puesto otoñales.El otoño es chungo. No es que lo diga yo, lo dicen los psicólogos del mundo: la falta de luz y calor hace que el ser humano y especialmente las seras humanas nos pongamos mustios en general y si a eso le añades el estrés de volver al cole y al trabajo y el estrés de ay que no llego a fin de mes, pues la depresión es segura. En época de crisis tener que renovar zapatos, jerseises y material escolar variado en cantidad duplicada, es motivo suficiente para deprimirse y mucho, pero ver a tu alrededor el ritmo decreciente de los días, el caer de las hojas, la lluvia, las castañas pilongas,ese invento tan tonto, en qué estaría pensando Dios cuando puso en el mundo algo que pincha y no se puede comer ni nada, pues eso que es ya terrible. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas de suicidios y los psicólogos.
Ante esta perspectiva,hemos tomado la determinación de unirnos a él. Esto tampoco me he inventado yo, lo dice un viejo proverbio chino mandarín: "si no puedes con el enemigo, únite a él" que en chino mandarín es algo así como "chin-li"
Unirse con el otoño significa volverse un poco ñoño (juro que no pensaba hacer un pareado) Fundirse con el el otoño es bucar estampas de Oliver Twist y La casa de la Pradera e intentar imitarlas. Los que conocen Valladolid saben que no hay manera de recrear aquí nada parecido a La casa de la Pradera, así que nos fuimos a Ruiloba. Caballos blancos, niñas con trenzas, carretillas llenas de castañas de las buenas y amplia gama de tonos otoñales. Sólo nos ha faltado una pelea de almohadas de las que se salen las plumas y a ratos un silenciador para mi padre, que tiene un don: el don de devolverte a la realidad más terrenal sin anestesia.
- "Acabo de perder una broca del 8, Blanqui"