sábado, 10 de abril de 2021

SOBRE LA ESCRITURA Y LA VERDAD (de cada uno)

Imagen de archivo del escritor Paco Umbral.

Me perdonarán ustedes el que hoy esté triste y no escriba cosas divertidas. Confío en la media docena de lectores amigos que entienden que una tiene derecho a la tristeza porque sí y a veces incluso hasta con motivos. Sólo he venido para dejarles unas palabras de Francisco Umbral que son de lo más inteligente y profundo sobre lo que implica para él (y también para mi) el proceso de escritura y de vida.

De la entrevista realizada a Umbral en "Los escritores" TVE en el año 1978 con la colaboración de Javier del Amo, Francisco Yndurain, Andrés Amorós, Catherine Basetti y José Luis Cuerda.

Si tienen algo mejor que hacer como ver la segunda temporada de alguna serie de Netflix, o consultar el Ibex 35, no pierdan más el tiempo.

 Javier del Amo: "¿La palabra escrita aparece en el escritor como una sustitución de la vida o es un complemento de la vida?"

Francisco Umbral: " Yo creo que la palabra escrita es una DESCODIFICACIÓN de la vida convencional, que nos dan hecha y un intento de ordenar la vida de nuevo de una forma más coherente con nosotros mismos, a partir de una experiencia de impostura, de sentir que se nos da la vida hecha, resuelta, codificada por la sociedad, por la familia, incluso por los genes. Entonces uno necesita poner en claro (o en oscuro) todo aquello: ordenarlo de nuevo, desordenarlo, darle un nuevo orden secreto mediante la escritura.

(...) Se trata de no aceptar las cosas tal y como nos las dan, de desmontarlas, de vivir su contenido directo y entonces dejar que el reino de la realidad pase de las cosas al lenguaje donde pueden ser ellas mismas.

(...) Crear es estar dando vuelta a las cosas, viviéndolas, expresándolas tal y como las llevamos dentro y no como nos dijeron que eran.

De modo que para mí, la escritura es la gran fiesta de la LIBERTAD y por lo tanto es un gozo.

(...) El yo social es el que "triunfa" o "fracasa". Esto no tiene ninguna importancia. Lo importante está en cómo vaya por dentro el yo personal o en que coincidan los dos yoes en algún momento y se produzca cuando menos un punto de VERDAD".






jueves, 18 de febrero de 2021

Cómo cargarse un examen de italiano en 7 pasos y además morir en el intento


Resultado de imagen de haciendo un examen mal

Siete pasos para cargarse un examen de italiano porque siete son los pecados capitales, porque había siete novias para siete hermanos y sobre todo porque siete son las vidas que tiene un gato:

1) Para empezar haga lo posible por no tener tiempo; coja su agenda empiece por la A y acabe por la Z y vaya quedando con todos sus contactos para tomar café. Quede con ellos aunque ellos no quieran, aunque ellos no lo sepan, usted quede, déjese plantar y espere sentado, espere mucho y vuelva a casa sin prisa, haciendo zig-zags o dando volteretas, y siempre por el camino más largo.

2) Haga como que estudia para tranquilizar su conciencia, a ser posible por la noche cuando esté muy cansado e intercale el pseudoestudio con visitas al facebook. Comente el estado de sus trescientos venticinco contactos.

3) Suele ocurrir que de repente le apetezca mucho escuchar todos los discos que tiene en otras lenguas: senegalés, riojano, francés, inglés y gorri-gorri. Hágalo y fustíguese mucho por ello. Después llame a sus amigos y familiares para comunicarles lo mal que se siente haciendo lo que no debe, aunque en el fondo usted se sienta bien y lo que de verdad le hace sentirse mal es no sentirse mal por ello. Con esta disgresión interior  se le quedarán los ojos en blanco durante un buen rato .Vamos por mal camino ¡qué bien!

4) Píntese las uñas de los pies y regocíjese en cada dedo pensando que es un tema de gramática menos que se sabe: cuando llegue al dedo gordo tenga en cuenta que vale por dos; por ejemplo, si el pequeño equivale a las preposiciones y el corazón al periodo ipotetico, el dedo gordo vale por toda la conjugación, incluyendo todos los verbos irregulares.

5) Recuérdese cada poco que el italiano es la lengua materna de engendros como Berlusconi

6) Ponga una foto de Berlusconi en la puerta de su frigo y repita tres veces mientras gira sobre sí mismo "quiero desaprender todo lo aprendido, el italiano no es la lengua de Dante, es la lengua de Berlusconi. Berlusconi vendía aspiradoras y ahora es el Primer Ministro. Berlusconi se injerta pelo y se da rayos uva. No quiero saber el idioma de un venditore di aspirapolvere que se injerta pelo.No quiero y no quiero. Om, Om, Om"

7) Ya está usted a punto de cargarse su examen de italiano. Quedan menos de venticuatro horas para su fracaso definitivo.Ahora atorméntese mucho pensando en el tiempo que lleva invertido en aburridísimas clases de italiano durante años para ahora tirarlo todo por la borda. Mírese al espejo: cuéntese los puntos negros de la nariz. Son horribles. Baje sin demora a por una mascarilla limpiadora facial. Usted mañana no puede fracasar con esos puntos negros, porque hasta para fracasar hay que tener dignidad y clase. Y la cara limpia.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Caperucita pide traslado



Iba Caperucita por el bosque una mañana de noviembre, con su capa roja, su boina y su cestita dando saltos y cantando: "lara lara lita, soy Caperucita", cuando de repente, es asaltada por el lobo que poniendo una voz muy ronca y varonil le dijo:
- Hola Caracola, ¿dónde vas tan repeiná con esa cesta de mimbre pasada de moda y tu boina de requeté? ¿y desde cuándo eres monárquica, Adelaida?- pues así se llamaba la niña, aunque esto es un secreto que desvela el narrador -que soy yo- en exclusiva para los lectores.
- Pues, mira lobo, por una vez no voy a casa de mi abuela, sino a la Dirección Provincial del Cuento a entregar el concurso de traslados. Te noto audaz, lobo y tienes cara de bobo. Mira en la cesta, mira cuánto papeleo.
- Ay Caperucita, ¿no me digas que te vas del cuento?
- Estoy harta, lobo, de este bosque y de mi abuela que siempre está mala por necesidades del guión.Yo necesito un sitio emocionante, con nuevos peligros y un príncipe, que ya se me está pasando el arroz.
- Pues siento decirte que lo tienes muy negro, Caperucita roja: los cuentos de príncipes están muy solicitados y no te engañes, cambiar de cuento sólo significa huir de uno mismo.