El otoño
El otoño es una estación del año que empieza el 21 de
septiembre y acaba el 21 de diciembre. El otoño se caracteriza porque no hace
ni mucho frío ni mucho calor, y a mí me gusta porque está en el término medio. En verano
hace demasiado calor y se suda bastante, pero en invierno también se suda mucho
porque como hace frío nos ponemos un jersey gordo y encima del jersey gordo, un
abrigo, así que al final también se suda. A mí no me gusta sudar, la verdad, me
da un poco de asco.
Otra cosa que pasa en otoño es que a los árboles se les caen
las hojas y en consecuencia dejan el suelo de las calles y de las plazas como
cubiertos de una alfombra en tonos amarillos. Esta capa de hojas puede ser
peligrosa y provocar caídas debido a la humedad. Para quitar esas hojas, mandan
a unos señores del ayuntamiento con una
máquina que es como una mochila puesta
en la espalda con un aspirador pero que en vez de aspirar, echa aire.
Con el aire empujan todas las hojas en un montón y luego las tiran a la basura.
Y éste es un trabajo que se hace solamente por la mañana, muy pronto, antes de
que la gente vaya a trabajar.
Que se caigan las hojas no es ni bueno ni malo; es algo que
tiene que pasar porque lo marca el ciclo de la naturaleza, aunque también hay
árboles a los que no se les caen, como por ejemplo a los pinos y se llaman
árboles de hoja perenne.
En otoño hay muchos frutos de color marrón como avellanas, nueces
o castañas que antes han sido frutos verdes y antes de ser verdes han sido
flores, pero cuando llega el otoño se ponen marrones. Esto no es ni bueno ni
malo, es así porque en otoño tiene que ser todo muy de color marrón.
También se me ha olvidado decir que las castañas pueden ser
pilongas o no pilongas. Ser pilonga no es ni mejor ni peor, es ser distinto y
eso no es malo. Todos somos distintos. Las personas podemos ser blancas,
negras, amarillas como los chinos o marrones como el otoño. Lo importante es
que todos seamos solidarios y tolerantes y no marginemos a los otros por cómo
son.
El otoño es la época en la que algunos pájaros empiezan a
emigrar a África huyendo del frío. Yo esto no lo veo ni bien ni mal. Cada uno
que haga lo que quiera siempre y cuando no moleste a los demás, es decir, que la
libertad de uno acaba donde empieza la del otro.
Los días son más cortos en otoño que en verano porque a la
tierra por un hemisferio le llega menos luz del sol. Esto pasa porque la tierra
gira alrededor del sol en una elipse y en otoño el sol da más por el lado de
abajo y calienta a los de Australia, pero luego pasa al revés, que nos da más
el sol por nuestro lado y a ellos les toca el otoño, las hojas secas, las
nueces y las castañas, es decir que nos repartimos “el marrón”. Esto es
bastante justo, porque lo que no puede ser es que a unos les toque siempre lo
bueno: el veranito, la piscina y los bikinis de colores y otros carguemos con
las peores estaciones. Las personas debemos compartir lo que tenemos, pero
compartir de verdad, no dar lo que nos sobra, porque eso no es compartir, eso
es dar limosna.
En conclusión, el otoño es una estación fundamentalmente con
sus cosas buenas y con sus cosas malas y a algunas personas les gusta y a otras
no. Esto no es ni bueno ni malo porque para gustos se hicieron los colores,
aunque si tengo que dar mi opinión sobre el otoño diría que a nivel general
está bien.
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